Hola, ¿cómo estás? ¿Conoces el Yoga? Espero que tengas ganas de conocer algo que puede cambiar tu vida por completo, pero antes debemos saber de qué se trata, ¿verdad?
Pues bien, aquí en Como libro solo pretendo poner un poco de luz a una palabra que para muchas personas es más que una forma de vida.
Yoga, o como su definición pretende decir, se trata de conocimiento. Sí…, un poco extensa la definición, pero dejémonos de Wikipedia. Lo que realmente quiere decir es sabiduría del cuerpo. Sí…, seguro que nunca habíais oído esta definición, pero como un viejo amigo mío me dijo:
Aun no existe la verdadera definicion de yoga.
Estas palabras de por sí ya dicen mucho del mundo que pretendemos descubrir.
Una experiencia inolvidable
En Como libro quiero expresar una experiencia mía, una vivencia en Asia donde el día a día fue nutriendo mi ser durante años. Pero no como simple turista que pretende aprovechar unas vacaciones para luego regresar habiendo alcanzado el Nirvana, sino entre gente de otro pensamiento, cultura, credo que afronta su manera de vivir sin que sea una moda o pasatiempo.
Debo decir que hoy en día, en cualquier parte del mundo, se refleja lo mismo. La globalización ha conseguido que las miserias de cada país se repitan una y otra vez, lejos queda aquello de viajar a por aventuras donde queríamos encontrar indígenas o mejor dicho gente autóctona del país que con su cultura y forma de vivir nos hipnotizaban, haciéndonos soñar que éramos privilegiados por tener una economía mejor y podernos permitir privilegios que ni siquiera ellos podían soñar, como el telefono movil.
¡Pobres ignorantes, de pensamiento ennegrecido chamuscado por la mala leche y el egoísmo! Fueron, llegaron y destruyeron, y —aún hoy— hay quien los tiene por héroes. Sé que pocos son los países exentos de tal hazaña, pero:
- ¿Quién tiene derecho de conquistar la vida de otro?
- ¿Quién realmente se merece llamarse humano?
- ¿A qué tipo de humanidad nos referimos?
Debemos preguntarnos dónde está este Conocimiento.
Es por ello que algunos lo buscan desde el inicio de la humanidad y en esta búsqueda descubrieron que no está fuera, ni lejos:
El verdadero tesoro del conocimiento está en uno mismo y aquí es donde verdaderamente comienza el verdadero Yoga.
Vivir el día a día
Con la experiencia que antes os he mencionado, tuve la suerte de necesitar buscar y dentro de lo posible encontrar. Fue una forma de tomarme la vida —o mejor dicho—, de dar una razón a la vida.
Como yo, miles de personas necesitan dar una razón a su vida y es por ello que buscan. En un principio ni siquiera saben qué buscar, pero con el tiempo encuentran su lugar, cada uno llenando las ansiadas bolsas de conocimiento según su necesidad y prestación.
Pero, tristemente, debo deciros que pocos son los que realmente descubren el verdadero conocimiento.
Por mi parte, me siento afortunado: mis bolsas están vacías o casi, pero no penséis que tengo el conocimiento, solo tengo el tesoro más apreciado por mi, y soy tan egoísta que entiendo que no tengo conocimiento.
No seas un principiante
Amo y me siento amada, qué más puedo pedir con mi falta de intelecto. Me siento afortunada, pero sé que no es el conocimiento y por ello reivindico que debemos buscar, como mínimo, el amor. El amor a uno mismo, el amor hacia los demás, el amor hacia todo, y es entonces cuando respiro y descubro lo que soy.
Compartir, sentir y respetar es el primer paso al Yoga. Esto es lo que pienso yo hoy, no sé qué pasará mañana. Solo sé lo que pienso y hago ahora, pero me siento feliz de escribir este texto porque puedo compartir contigo mis pensamientos, mi día a día, y creo que es más gratificante que hacerte una lista de todo a lo que se le llama Yoga y explicarte sus características.
Si quieres esto, yo no voy a ayudarte. Para ello tienes miles de paginas en internet que te ofrecerán una descripción detallada de cada una de las variantes al Yoga y después una invitación a un curso de yoga, no digo que esté mal, al contrario, es una buena manera para empezar el camino, el camino hacia el bienestar de uno mismo.
Si, como yo, te sientes bien contigo misma, si tu día a día te llena, si vives el amor en plenitud, entonces vives en el conocimiento, tienes armonía y eres feliz.
Pero si, por el contrario, tu vida te está dando la espalda, te sientes frustado y empiezas a dejar de quererte y no te sientes amado, es entonces el momento de descubrir que puedes cambiar todo esto y conseguir tu verdadero tesoro.
Vivir el yoga
El primer paso es saber que nadie es mejor ni peor, todos somos diferentes y al mismo tiempo iguales: diferentes en pensamiento y obra e iguales en cuerpo. Pero lo más importante es que cualquiera puede conseguir ser plenamente feliz. Esto no se compra ni se vende, solo debemos aprender a descubrirlo, debemos vivir en el Yoga, ser Yoga, es entonces cuando realmente lo conseguimos.
No pretendo dar clases de Yoga, ni tan siquiera me veo repitiendo estas increíbles posturas, que estoy seguro que ayudan a mejorar tu cuerpo y tu mente. No quiero mostrarme como una experta en el arte del Yoga, solo he pretendido indicar que la palabra Yoga tiene muchos significados y cada una de nosotras podemos estar en lo cierto.
¿Qué yoga es mejor? Meditación
Pero sí que puedo explicaros mi experiencia, mi forma de ver la vida, mi manera de caminar por este mundo tan dispar, no pretendiendo dar enseñanza alguna, solo compartir mi forma de pensar, sin esperar nada a cambio, solo con la alegría de estar haciendo algo que me gusta, algo que me llena, algo que tal vez pueda serle útil a otra persona.
Fíjate, poco he hablado del yoga o quizás mucho. Según quien lo lea, interpretará aquello que pueda entender, pero si de esta conversación a alguna le interesa cómo vivo cada minuto de mi vida y queréis que os explique más por favor hacédmelo saber.